Fragmentos varios...
"Ahora su fantasía animaba con imágenes el curso de sus pensamientos y era arrastrada por ellos, y, yacía agitado en la oscuridad de la noche velada por las cortinas del dormitorio..."
"Día a día, desde ambos frentes de mi inteligencia, el moral e intelectual, avanzaba con firmeza hacia esa verdad, cuyo parcial descubrimiento me sentenciaba a tan terrible naufragio: que el hombre no es verdaderamente uno, sino dos. Digo dos, porque mis conocimientos no han ido más allá de ese punto."
"Fue en el ámbito moral y en mi propia persona donde aprendí a conocer la cabal y primitiva dualidad humana; y vi que las dos naturalezas que contendían en el campo de mi conciencia podrían por separado ser yo, solamente porque yo era radicalmente ambas; y desde fecha muy temprana, antes incluso de mis descubrimientos científicos me hicieran entrever la pura posibilidad de tal milagro, aprendí a cobijar con placer, como quien acaricia un sueño, la idea de separar estos elementos".
"Me di cuenta, al primer aliento de mi nueva vida, de ser más perverso, mucho más, vendido como esclavo a mi propia maldad original; y recibí este pensamiento, entonces, como un vino tonificante y delicioso".
"Crucé al patio, con aquella constelación de estrellas, pensaba, mirándome pasar, asombradas de ver a la primera criatura de una nueva mutación, que su permanente vigilia aún no les había revelado".
"Yo era también ese. Era algo humano y natural. Tenía ante mis ojos una imagen real del espíritu, más directa y simple que mi cotidiana apariencia más imperfecta y dividida, que, por costumbre, llamaba mía".
"He observado que cuando revestía la apariencia de Edward Hyde nadie podía acercárseme sin experimentar un patente recelo físico, y esto era así, llegué a pensar, porque los seres humanos, tal como los vemos son un compuesto del bien y del mal, siendo Edward Hyde el único de los hombres que era más puro".
"Solía ocurrir que mi virtud dormitaba; mi mal en ambiciosa vigilia se mantenía alerta y presto a la oportunidad, y así aparecía Edward Hyde".
"Día a día, desde ambos frentes de mi inteligencia, el moral e intelectual, avanzaba con firmeza hacia esa verdad, cuyo parcial descubrimiento me sentenciaba a tan terrible naufragio: que el hombre no es verdaderamente uno, sino dos. Digo dos, porque mis conocimientos no han ido más allá de ese punto."
"Fue en el ámbito moral y en mi propia persona donde aprendí a conocer la cabal y primitiva dualidad humana; y vi que las dos naturalezas que contendían en el campo de mi conciencia podrían por separado ser yo, solamente porque yo era radicalmente ambas; y desde fecha muy temprana, antes incluso de mis descubrimientos científicos me hicieran entrever la pura posibilidad de tal milagro, aprendí a cobijar con placer, como quien acaricia un sueño, la idea de separar estos elementos".
"Me di cuenta, al primer aliento de mi nueva vida, de ser más perverso, mucho más, vendido como esclavo a mi propia maldad original; y recibí este pensamiento, entonces, como un vino tonificante y delicioso".
"Crucé al patio, con aquella constelación de estrellas, pensaba, mirándome pasar, asombradas de ver a la primera criatura de una nueva mutación, que su permanente vigilia aún no les había revelado".
"Yo era también ese. Era algo humano y natural. Tenía ante mis ojos una imagen real del espíritu, más directa y simple que mi cotidiana apariencia más imperfecta y dividida, que, por costumbre, llamaba mía".
"He observado que cuando revestía la apariencia de Edward Hyde nadie podía acercárseme sin experimentar un patente recelo físico, y esto era así, llegué a pensar, porque los seres humanos, tal como los vemos son un compuesto del bien y del mal, siendo Edward Hyde el único de los hombres que era más puro".
"Solía ocurrir que mi virtud dormitaba; mi mal en ambiciosa vigilia se mantenía alerta y presto a la oportunidad, y así aparecía Edward Hyde".
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