Pensamientos que se reemplazan con pensamientos
Pienso que es de noche. Escucho el viento soplar y azotar contra los cristales de mi ventana. Escucho a los autos que van, a los colectivos, a alguna que otra persona que grita. Y de nuevo, todo se queda quieto. En el fondo del silencio, están mis pensamientos... ¿y qué es lo que hay acá adentro?
(Vos, siempre vos)
Pienso que tengo que dormir porque mañana finalmente madrugo y debo volver a trabajar. Es el tercer día en cama de lo que fue una fuerte recaída, que me dejó agotada y con ganas de que pasen rápido las horas. ¿Los síntomas? Congestión, dolor de cabeza, llanto fácil, estornudos, incertidumbre y el corazón roto.
Me veo parte de un gran teatro, veo mi vida representada en un escenario, en una gran puesta en escena que llevé a cabo y que cayó el día que vos atravesaste mi puerta.
(Me sentí astronauta cuando me abriste la puerta,
perdida en tus lunares, diciendo adiós a la tierra)
Todo ese fin de semana rompió mis estructuras, complaciendo un deseo que tenía desde hace mucho, pero volviéndome presa (del mismo deseo de siempre, de la misma conclusión) de la idea de volver a verte, volver a tenerte.
(Se activa la máquina de sentimientos/pensamientos, todos al mismo tiempo)
Se van repitiendo las imágenes y las secuencias de las caricias, los besos, las peleas, los silencios y mi ensoñación. La realidad se hace a un lado y me permite traer al día de hoy, viernes 29 de marzo, todas estas bellas vivencias que, con el correr de los días, no serán más que vagos recuerdos. Vuelvo a tocarte el rostro, vuelvo a mirarte a los ojos (vos me respondés sosteniendo la mirada), vuelvo a sonreír. La gente entonces se esfuma y, de pronto, somos sólo vos y yo, y Paul Mc Cartney cantando "All my loving" para los dos. Tus manos en mi cintura y yo, en la luna. Te beso y me derrito una vez más, mi cabeza me lleva, vuelvo a 2016, a las noches sin dormir...
(Sofía, hacete el favor de olvidarte de todo de una vez)
... vuelvo a pensar que quiero volver, que ya no me importa el costo que tenga que pagar por vivir estas cortas horas con vos, que puedo exponerme una y mil veces con tal de estar así por lo menos una vez más.
Volvemos a mi casa, yo estoy borracha y no me acuerdo de nada. Pero vos estuviste ahí. Sé que estás en la cocina armándote un cigarrillo, esperando que vuelva.
(Me encanta cómo manejás!)
No sé cómo terminamos en mi cama. Es de mañana y me duele la cabeza. Sé que peleamos. Te veo dormir y quiero tener el poder de congelar el tiempo y quedarnos así...
(No te vayas, quedate, elegime, qué más necesitás,
que más puedo hacer?)
Pasa todo de nuevo muy rápido y de golpe estamos en tu auto. Suena Cuarteto de Nos y los dos nos sabemos la canción. Ya ni sé por dónde anduvimos esa tarde, sé que era otoño en una tarde templada, había gente en la calle y nos tomamos un café. Pero sé que estuve con vos y me sentí segura. El paisaje se volvió cálido, luminoso, las calles estaban invadidas de hojas color ocre y el sol se imponía en casa horizonte.
(El mundo puede terminarse ahora, ya no me importa)
Estábamos caminando, vos tomaste mi mano y la besaste, y yo, qué podía hacer, si así era feliz?
¨¨
Repetidamente, pasa todo muy rápido, terminamos acostados. Suena "The scientist" de fondo, mientras te acaricio el pelo y vos dormís, agarrándome fuertemente con tu pierna y tu brazo, respirando en mi hombro y yo pensando (en todo). El departamento está en penumbras, el mundo parece haberse detenido en este instante perfecto, donde ya no quiero más nada que quedarme así, donde mis deseos se están haciendo materiales y mi corazón se sale de lugar. Suena la segunda estrofa de la canción, pienso en lo que dice, pienso que es tan real, pienso que estas secuencias están llegando a su final y no quiero, y me duele, y me duele...
(Esta imagen es para nuestra película)
Es de mañana y mi final se acerca. Te subís a tu auto y te vas. Yo vuelvo a la rutina, donde no hago más que llorar porque no soy capaz de acostumbrarme a esto que me das (no quiero, no puedo). Es de noche, vuelvo a casa. Y todo este lugar que antes era mi libertad, tan alegre, luminosa, cálida, de pronto, de un momento a otro, se transformó en mi cárcel, gris, fría, distante. Cada rincón ahora tiene tu nombre y voy a tener que empezar a convivir con eso. Porque terminaste de invadir lo último que quedaba de mí, terminaste de robar por completo mi identidad... Y ahora debo seguir con esta nueva mochila en mis hombros, volver de nuevo al trabajo con el corazón roto, con la enorme y amarga certeza que esto que siento me pasa a mí sola en esta relación con el recuerdo de lo que elegís vivir conmigo. ¿Cómo se hace para apagar los pensamientos? ¿Cómo hacés para silenciar los sentimientos reprimidos durante años, que ven la luz y las ganas de salir cuando vos estás adelante? ¿Qué se hace en estos casos donde la realidad que vivo es inventada, donde todo lo que creé hasta el día de hoy, se cae?
Yo, por mi parte, solamente puedo seguir, obligarme a que la rutina me agobie con sus obligaciones y me absorba por completo el sistema. Volver a lo que era antes de ese 23 de marzo, donde, después de mucho tiempo, volví a sonreír, volví a creer en tu mirada, volví al pasado del que tanto me costó alejarme. Soy prisionera de mis propios sentimientos, de mi mente que no hace más que traerme constantemente tus recuerdos, que me estruja el corazón cada vez que pienso en vos. Soy prisionera de tus encantos, de tu sola presencia, del fantasma de tu nombre que no me deja dormir. Vuelvo a la realidad que construí paralelamente a mis sentimientos, a esto que elegí que era lo mejor para mí. Vuelvo a los libros y al sonido del teclado de la computadora. Vuelvo a la máquina que se volvió mi vida, donde los pensamientos se tapan con más pensamientos y donde por momentos puedo olvidar, ocultando mi corazón en el sonido de las bocinas y mis sentimientos en las estrofas de una canción, donde los instantes de ese fin de semana quedan paralizados y yo recurro a buscarlos (como ahora) para respirarlos y sentirlos en mí, para traerlos de nuevo hasta acá, y para saber que por más que pasen los días y mi vida, ahí vas a continuar.
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