2018

Se termina un año más. Estoy en La Plata, escribiendo. Tengo ganas de contar que, en lo personal, fue un excelente año. Conocí gente increíble, pude vivir y disfrutar cada momento. Pude enamorarme de la experiencia de vivir sola, manejarme mis gustos, mi espacio, mis horarios a mi antojo. Eso es impagable. Financieramente, fue un año muy difícil para todos, pero siempre con la convicción de que se puede salir adelante. Académicamente, pude avanzar muchísimo en mi formación profesional y estoy próxima a seguir estudiando, para tener las herramientas que me van a servir durante toda mi vida. En el plano de los afectos, conocí gente increíble en el trabajo, lo cual facilita las tareas de todos los días. Contenta y feliz por el grupo que se formó. Jefe, compañeros. Un lindo ambiente.

En el plano de los afectos, conseguí muchos nuevos amigos, cada vez y cada día más verdaderos.

Estas últimas dos semanas fueron bastante agitadas. Creo que aún tengo una revolución en el cuerpo. Volví a ver a una de las personas que más me hizo sentir en estos 28 años. Verlo también produjo la abertura de heridas que nunca habían cicatrizado. Volver dos años atrás a punto de finalizar un año más, es algo que me pone a prueba, es una alarma que se prende para ver ahora (que hice tantos avances que tanto me costaron), cómo voy a actuar. Estoy inmovilizada aún, con las emociones a flor de piel, pero con la convicción de que quiero (y necesito) cerrar capítulos de una vez.

No sé qué me espera en este año que se viene.

Lo único que tengo claro es que ya no soy la misma que inició el año, que tengo miles de cosas por las cuales estar agradecida, y las que no tengo, van a darse a medida que me esfuerce por conseguirlas.

Soy Sofía, tengo 28 años. Vivo en Capital Federal (un sueño), tengo mi departamento amueblado. Tengo amigas increíbles, que siempre que las necesito, me sorprenden. Me dan un aguante y un sostén maravilloso. Tengo una familia que me ama y me aprecia. Una mamá que da la vida por mí y unos hermanos que son muy compañeros, que no serán perfectos, pero nos queremos, que sabemos siempre que vamos a estar los tres para uno, y sin los cuales no me imagino la vida. Tengo un novio que me ama, que es compañero, que me acepta como soy y me apoya en todo. Tengo una carrera que hoy está siguiendo su curso, ya estoy en segundo año, feliz, con ambiciones e ideas claras. Tengo un trabajo que me permite vivir sola, estudiar y darme algún que otro gusto, con un jefe genial y unos compañeros que forman parte del día a día, que son aún mejores. 

Y por último, tengo un amor, al cual lamentablemente hoy volví, no sé bien a qué, ni porqué acepté, que me llena de incertidumbres e inseguridades, de tristeza y soledad, pero del cual aprendo todos los días, que lo que no me mata, me hace más fuerte. Y que gracias a este amor es que hoy estoy donde estoy.


Feliz Año Nuevo!


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