18 de septiembre (5 de abril)

Reiniciar. Reiniciar el sistema de la mente. Hastío, cansancio. Mi vida está muy desordenada. Poder borrar de la mente los errores, poder volver el tiempo atrás para arreglar todo. Culpa. Por no saber nivelar mis emociones. Por cómo éstas me manipulan y no me permiten avanzar. Miedo. A sufrir, a sentir, a ir un poco más allá. Pero también miedo de quedarme en el mismo lugar.

 Hace poco leí textos que escribí cinco años atrás. Me vi deprimida, perdida en un pozo. Y es también un poco cómo me veo ahora. Aún cuando las heridas de amor ya están curadas y cicatrizadas, las otras heridas internas siguen a flor de piel. La mente sigue, me lleva a un frenesí de pensamientos, que me bombardean y me abstraen. Entonces me quedo parada. Y pienso "a lo mejor estoy deprimida". A lo mejor todo esto es una gran barrera, un gran teatro que me armé para introducirme en el sistema, pero que no me lleva a ningún lado. A lo mejor las heridas de años empezaron a salir, ahora que no hay nadie en mi vida que me haga olvidarme un poco de mí. A lo mejor ese silencio siempre estuvo ahí y lo silencié con relaciones sin sentido y libros de literatura. A lo mejor por primera vez me veo enteramente cómo soy, veo mis miedos, mis inseguridades, mis dolores guardados durante años. A lo mejor mis más grandes temores se están materializando frente a mí (una vez más), pero es más fuerte porque ya no puedo escapar. Me siento presa. No puedo salir. Y me duele, y me duele. La angustia y el sufrimiento me atan (de nuevo) a esta realidad vacía, a estas vivencias mecanizadas que no hacen más que abstraerme de todo eso, correrme de ese foco de luz blanca que me apunta, me señala... que no hace más que repetirme (como si fuese una película) mis errores, mis decepciones, mis verdades. Y me duele, y me duele. Mi garganta se anuda y ya no puedo seguir. El mundo se para, yo de pie. Inacción. Me quedo. Ante la duda, me freno. 

 Y así se va otro día más. Mis ambiciones quedan en el tintero (otra vez). Mis deseos, en lugar de moverme, me detienen. Y me duele, y me duele...

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Los cuadernos de Don Rigoberto (Fragmentos) - M. Vargas Llosa

Imagen
"Pero, contradiciendo sus palabras, sus grandes ojos oscuros reconocían con curiosidad y cierta complacencia, acaso hasta ternura, el enrulado desorden de esa cabellera, las venitas azules del cuello, los bordes de las orejas asomando entre las mechas rubias y el cuerpecillo airoso, embutido en el saco azul y el pantalón gris del uniforme. Sus narices aspiraban ese olor adolescente a partidos de fútbol, frunas y helados d'Onofrio, y sus oídos reconocían aquellos chillidos agudos y los cambios de voz, que resonaban también en su memoria". "Ella misma parecía una hermosa gata de Angora bajo el rumoroso armiño que le llegaba a los pies y disimulaba sus movimientos. ¿Estaba desnuda dentro de su envoltura plateada?" "Encogían y estiraban las patitas bajo el cono de luz cruda que, polvo de estrellas, bajaba sobre el lecho desde el invisible cielorraso. Un olor a almizcle bañaba la atmósfera y la música barroca, de bruscos diapasones, venía del mismo rincón de...
Leer más

El Gran Gatsby- F.S. Fitzgerald (fragmentos)

Imagen
"Se lo indiqué; y al verle seguir su camino, ya no me senté solo: era un guía, un explorador, uno de los primeros colonos. Aquel hombre me había conferido, fortuitamente, la tranquilidad de pertenecer a la comunidad". "Entramos en un vestíbulo de alto techo, precedido de una glorieta de un color rosa vivo, a la que un balcón a cada extremo comunicaba con la casa. Los balcones, entornados, aparecían relucientemente blancos, y recortaban el césped del exterior, que parecía crecer un poco dentro de la casa. Sopló la brisa en la habitación, y, en un rincón, las cortinas volaron hacia fuera y hacia dentro, enroscándose en dirección al escarchado pastel de bodas del techo; por fin, se rizaron encima de la alfombra color de vino, haciendo sombras como el viento en el mar". "Sonrió comprensivamente, mucho más que comprensivamente. Era una de esas raras sonrisas, con una calidad de eterna confianza, de esas que en toda la vida no se encuentran más que cuatro o c...
Leer más

Todos los días, una canción- 1 de enero

Imagen
Acabo de volver a casa, después de varios días fuera de ella. Me sentí muy ausente estos días. Sinceramente, no veía la hora de regresar.  Me subí al colectivo. busqué desesperadamente los auriculares entre mis bolsos. De manera franca, pensaba que no quería que nadie se sentara a mi lado: mejor si voy sola.  Por fin nos fuimos. El colectivo tardó bastante en venir a la terminal. "Por suerte, ya me voy a mi casa, mi hogar", me decía a mí misma, mientras le daba play a la lista de spotify, que ya tenía armada. A medida que iba empezando la canción, sentí que la música me estaba salvando, que me estaba devolviendo a mi mundo, ese que se vio apartado por unos días. Sentí que volvía a respirar, mientras miraba por la ventana. No quería perder este momento. Me sentí feliz por ver a mi familia, pero feliz por reconocerme mejor en otro lugar, viviendo mi vida a mi gusto, arreglándomelas sola, en esta hermosa experiencia.  Llegué, ordené. Puse música y entonces esto empezó: ...
Leer más