Tristeza de ciudad
Es verano y los días son más largos, más lindos. Hay otro ambiente. La ciudad está rara desde que te fuiste. Y pareciera que hace un año que está así. Es de noche. Y este marco se repite una y otra vez... En mi mente suenan canciones tristes y, entre ellas, entre sus melodías y sus letras, se mezcla nuestra historia. Ahí estamos vos y yo. Empezamos juntos. Seguimos. Pero algo, cosas del destino, nos separaron. Y ahora, yo en un extremo, vos en el otro... Ahora vuelve todo una vez más. Trabajo mucho, pero no lo suficiente como para no recordarte, como para no pensar en vos. Entre mis obligaciones diarias, entre mis cosas, en algún hueco, tu cara aparece. Y junto a ella, se vislumbran tu voz, tus gestos, tus palabras. Y te extraño, extraño hablarte, saberte ahí. Extraño la ansiedad que me generabas cada vez que nos íbamos a ver. Extraño contarte mi vida, mis días, mis cosas más insignificantes. Y se me iluminan los ojos como la primera vez que te vi... Reacciono y me desvanezco junto