Escritos, por Sofi

Los días tan corrientes. No pude evitar sonreír. Las tardes eran más o menos iguales. A lo mejor había algún condimento que las podía cambiar. ¿Y después qué? Estas ideas tan dispares, estas palabras que buscan salir, congeniar, entablar, salir en forma de... La atmósfera es perfecta, nos envuelve, nos detiene. Y esto recién empieza. Cae la tarde, las luces se vuelven más tenúes... Esto es lo que estábamos esperando. Y el final del día una vez más. Estas sensaciones que ahora salen en forma de versos. Porque quieren ser instantes que se vuelven poesía. Porque las frases comienzan a armarse solas, la idea de lo efímero se vuelve redundante. Una vez más, la noche.

Nota I, sin terminar La Plata, Buenos Aires, Argentina. 18:37 hs. El atardecer de este lado del planeta es color rosa con naranja y algo de azul. Es una postal. Todos lo miramos. Es bellísimo. Más adelante se ve igual. Aparecen las primeras luces de la noche, aquellas que van a iluminar todo el trayecto. Escucho música, tratando de irme.  Estoy en occidente, yendo a mi casa. Todavía no llegué a mi hogar, me está costando esto de reinsertarme en el sistema, esto de volver a ser robot. Me da fiaca porque siento que necesito más días para perderme en mi maraña de pensamientos, para volver a sentir esos días como si los viviera de nuevo. Necesito pensarlos y exprimirlos un poco más, pensar de nuevo cada momento, para luego, aceptar que ya pasaron y poder seguir. Todavía en mi mente estoy volviendo al hotel para prepararme... Qué bien que sabe la libertad cuando la sabés apreciar...

Cuando compré este libro (por allá, por 2013), tenía gran expectativa. Cuando quise leerlo, me pareció aburrido y demasiado religioso. Entonces lo guardé con el resto de los leídos o los que aún esperan serlo. Este año lo tomé de mi biblioteca para que me acompañe al trabajo por las mañanas. Sinceramente, no esperaba mucho, pero necesitaba saber de qué se trataba. Y una vez que lo empecé, fue cuando comprendí que mis expectativas del principio no estaban tan erradas. No sólo que superaron ampliamente lo que había pensado la primera vez que lo leí, sino que finalmente pude comprender la grandeza de Borges. Sobre el autor no tengo mucho que decir, francamente no conozco mucho de él. Este libro me introdujo en su mundo y me hizo investigar acerca de Jorge Luis. Sólo me queda decir que Borges tuvo todo para ser quien fue (y es). Y simplemente es grandioso. "Los conjurados" es una colección de poemas, el último libro del autor. En él, Borges se explaya, con la majestuosidad d

Reiniciar. Reiniciar el sistema de la mente. Hastío, cansancio. Mi vida está muy desordenada. Poder borrar de la mente los errores, poder volver el tiempo atrás para arreglar todo. Culpa. Por no saber nivelar mis emociones. Por cómo éstas me manipulan y no me permiten avanzar. Miedo. A sufrir, a sentir, a ir un poco más allá. Pero también miedo de quedarme en el mismo lugar. Hace poco leí textos que escribí cinco años atrás. Me vi deprimida, perdida en un pozo. Y es también un poco cómo me veo ahora. Aún cuando las heridas de amor ya están curadas y cicatrizadas, las otras heridas internas siguen a flor de piel. La mente sigue, me lleva a un frenesí de pensamientos, que me bombardean y me abstraen. Entonces me quedo parada. Y pienso "a lo mejor estoy deprimida". A lo mejor todo esto es una gran barrera, un gran teatro que me armé para introducirme en el sistema, pero que no me lleva a ningún lado. A lo mejor las heridas de años empezaron a salir, ahora que no hay nadie en m

Sin esperarlo, ni tampoco desearlo. Simplemente se dio y todo fue mágico... Y ahí estaban las ganas de querer volver.

Mis ganas de querer hacer de este blog algo diario, se terminaron. Ahora escribo cuando viene la inspiración. Estamos próximos al invierno, ya los días son más fríos, se hace de noche más rápido. Los días pasan velozmente entre trabajo y cursada, entre los sucesos de la vida, entre el día a día. Tomé una decisión que es un antes y un después, pero me sigue costando... Creo que en algún momento, veré el final y saldré adelante. Este período lo transito con ganas de que termine pronto y que "pueda curarme rápido". Miro los días en el calendario y creo que para determinada fecha, ya voy a poder salir adelante. Supongo, espero... Mientras tanto, los días se pierden entre el humo y los trabajos en grupo. La noche por suerte viene enseguida. Se van las semanas envueltas en poco autoestima y amor sincero. Me pongo plazos, pero nunca llego. Y ahora vuelvo a empezar. Hoy llueve, pero a lo mejor no duele tanto. Hoy las decisiones son mías, ya las tomé y no planeo cambi

Pienso que es de noche. Escucho el viento soplar y azotar contra los cristales de mi ventana. Escucho a los autos que van, a los colectivos, a alguna que otra persona que grita. Y de nuevo, todo se queda quieto. En el fondo del silencio, están mis pensamientos... ¿y qué es lo que hay acá adentro? (Vos, siempre vos) Pienso que tengo que dormir porque mañana finalmente madrugo y debo volver a trabajar. Es el tercer día en cama de lo que fue una fuerte recaída, que me dejó agotada y con ganas de que pasen rápido las horas. ¿Los síntomas? Congestión, dolor de cabeza, llanto fácil, estornudos, incertidumbre y el corazón roto.  Me veo parte de un gran teatro, veo mi vida representada en un escenario, en una gran puesta en escena que llevé a cabo y que cayó el día que vos atravesaste mi puerta.  (Me sentí astronauta cuando me abriste la puerta,  perdida en tus lunares, diciendo adiós a la tierra) Todo ese fin de semana rompió mis estructuras, complaciendo un deseo que tenía desde

Volver a las raíces Rubén Darío (1867-1916) fue un poeta nicaragüense, máximo representante del movimiento literario denominado Modernismo. En sus trabajos puede reflejarse una fuerte influencia francesa. Se lo conoce como el príncipe de las letras castellanas. A Darío lo conocí en el colegio, a través del poema "Sonatina", escrito que me hizo interesarme por la obra de este autor. La antología que terminé contiene varios poemas muy distinguidos. Algunas de sus mejores frases y/o versos son las que detallaré a continuación: "Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,  le vio la tarde pálida, le vio la noche fría, y siempre el tronco del árbol a cuestas del titán". "A mi alma enamorada, una reina oriental parecía, que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín, o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría, triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín. (...) y en siderales éxtasis no dejarte un

"Ahora su fantasía animaba con imágenes el curso de sus pensamientos y era arrastrada por ellos, y, yacía agitado en la oscuridad de la noche velada por las cortinas del dormitorio..." "Día a día, desde ambos frentes de mi inteligencia, el moral e intelectual, avanzaba con firmeza hacia esa verdad, cuyo parcial descubrimiento me sentenciaba a tan terrible naufragio: que el hombre no es verdaderamente uno, sino dos. Digo dos, porque mis conocimientos no han ido más allá de ese punto." "Fue en el ámbito moral y en mi propia persona donde aprendí a conocer la cabal y primitiva dualidad humana; y vi que las dos naturalezas que contendían en el campo de mi conciencia podrían por separado ser yo, solamente porque yo era radicalmente ambas; y desde fecha muy temprana, antes incluso de mis descubrimientos científicos me hicieran entrever la pura posibilidad de tal milagro, aprendí a cobijar con placer, como quien acaricia un sueño, la idea de separar estos elemento

Acabo de volver a casa, después de varios días fuera de ella. Me sentí muy ausente estos días. Sinceramente, no veía la hora de regresar.  Me subí al colectivo. busqué desesperadamente los auriculares entre mis bolsos. De manera franca, pensaba que no quería que nadie se sentara a mi lado: mejor si voy sola.  Por fin nos fuimos. El colectivo tardó bastante en venir a la terminal. "Por suerte, ya me voy a mi casa, mi hogar", me decía a mí misma, mientras le daba play a la lista de spotify, que ya tenía armada. A medida que iba empezando la canción, sentí que la música me estaba salvando, que me estaba devolviendo a mi mundo, ese que se vio apartado por unos días. Sentí que volvía a respirar, mientras miraba por la ventana. No quería perder este momento. Me sentí feliz por ver a mi familia, pero feliz por reconocerme mejor en otro lugar, viviendo mi vida a mi gusto, arreglándomelas sola, en esta hermosa experiencia.  Llegué, ordené. Puse música y entonces esto empezó: &q