Alfonsina Storni

 Alfonsina Storni Martignoni (1892-1938) fue una poeta y escritora argentina, representante del movimiento literario llamado Modernismo, caracterizado por el refinamiento de la expresión de la lengua y una sensibilidad abierta a diferentes culturas, principalmente, la francesa. Alfonsina publicó su primer libro de poemas en el año 1916, del cual vendió pocos ejemplares. Dicho libro, igualmente, le permitió adentrarse en los cenáculos de escritores, donde conoció a varias figuras destacadas de la época, que le dieron la posibilidad de empezar a publicar en una revista meramente literaria, llamada Nosotros. Continuó desarrollando una vasta obra literaria hasta que sus problemas de salud, en el año 1935, la sorprendieron y la obligaron a someterse a una operación de cáncer de mama. Este proceso terminó resultando devastador para la escritora, que ya tenía antecedentes de depresión y ataques de nervios. El desenlace fatal ocurrió en la madrugada del 25 de octubre de 1938. Alfonsina se encontraba en un hotel de la ciudad de Mar del Plata. Días antes había escrito varias cartas hacia diferentes destinatarios, entre ellos, su hijo Alejandro. Esa madrugada, la escritora se dirigió a la playa La Perla, con la intención de terminar con su vida. Según los investigadores, se arrojó desde una escollera. Al día de hoy, en este lugar, se encuentra un monumento en homenaje a la escritora.


Dolor

Quisiera esta tarde divina de octubre
Pasear por la orilla lejana del mar;
Que la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordar
Con las grandes olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar;
Ver cómo se rompen las olas azules
Contra los granitos y no parpadear
Ver cómo las aves rapaces se comen
Los peces pequeños y no despertar;
Pensar que pudieran las frágiles barcas
Hundirse en las aguas y no suspirar;
Ver que se adelanta la garganta al aire,
El hombre más bello no desear amar;
Perder la mirada, distraídamente,
Perderla, y que nunca la vuelva a encontrar;
Y, figura erguida, entre cielo y playa,
Sentirme el olvido perenne del mar.

Esta tarde

(...)
Siento un vago rumor; toda la tierra
Está cantando dulcemente. Lejos
Los bosques se han cargado de corolas,
Desbordan los arroyos de sus cauces
Y las aguas se filtran en la tierra
Así como mis ojos en los ojos
Que estoy soñando embelesada.
(...)

Frente al mar

(...)
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.
(...)
Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría
Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.
(...)
La vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele.

La invitación amable

Acércate, poeta; mi alma es sobria,
De amor no entiende -del amor terreno-
Su amor es más altivo y es más bueno.
No pediré los besos de tus labios.
No beberé en tu vaso de cristal,
El vaso es frágil y ama lo inmortal.
(...)

Versos otoñales

Al mirar mis mejillas, que ayer estaban rojas,
He sentido el otoño; sus achaques de viejo
Me han llenado de miedo; me ha contado el espejo
Que nieva en mis cabellos mientras caen las hojas.
¡Que curioso destino! Me ha golpeado a las puertas
En plena primavera para brindarme nieve
Y mis manos se hielan bajo la presión leve
De cien rosas azules sobre sus dedos muertas.
Ya me siento invadida totalmente de hielo;
Castañean mis dientes mientras el sol, afuera,
Pone manchas de oro, tal como en primavera,
Y ríe en la ensondada profundidad del cielo.
Y lloro lentamente, con un dolor maldito
Con un dolor que pesa sobre mis fibras todas,
¡Oh, la pálida muerte que me ofrece sus bodas
Y el borroso misterio cargado de infinito!
¡Pero yo me rebelo! ¿Cómo esta forma humana
Que costó a la materia tantas transformaciones
Me mata, pecho adentro, todas las ilusiones
Y me brinda la noche casi en plena mañana?

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